Era uno de los mejores, entre varios, el periodista deportivo desapasionado, crítico y hasta soñador de tener equipos grandes con jugadores gigantes.
Tarde lo conocí personalmente, casi a inicios del 82 cuando faltaba un Secretario en la Comisión Pre Calificadora lo que iba a ser (y lo es), Colegio de Periodistas de Ancash. Y cosa curiosa, asumió el cargo de secretario encargado por ausencia del representante de la ANP que brilló por su ausencia en todos los actos de formación de este flamante ente deontológico.
Y me gustaba escuchar sus intervenciones, porque se presentaba como: Juan José Caro Sánchez Zárate sin que le falte un detalle a su largo y ceremonioso nombre.
Hacía gala de haber sido alumno primarioso de la 330 (Tres treinta), que a muchos de nosotros nos albergó en sus aulas. Luego había sido estudiante del glorioso Colegio de La Libertad de donde, al egresar se enroló en el Ejército, reenganchándose varias veces hasta ser Instructor Pre Militar: “Mi sub, a mucha honra”. Dicen que se retiró del Ejército estando sirviendo a la Patria en Tumbes.
De allí se vino a su tierra querida e inolvidable, Huarás a reencontrarse con sus amigos de infancia como Ishti, los hermanos Chong Roca, Llica…a quienes más los conocía (como todo el mundo) por sus apodos más que por sus nombres de pila.
Estando él en una reunión, no se podía hablar sin que apuntara algo novedoso en su infaltable “libretita de notas”, por que “la mente es muy frágil y fácil se olvida lo que uno aprende”.
Se dice que de niño ayudaba a su señor padre a editar EL COLOSO, el periódico “más grande del mundo” según dio cuenta la consagrada revista SELECCIONES, porque en realidad era “el más pequeño del mundo”.
Juan José Caro Sánchez, fue Periodista Deportivo y sus colegas le honraron al nombrarle como su Presidente, pero también fue Periodista Colegiado y su nombre está en el primer padrón oficial del Colegio de Periodistas del Perú. Y por qué no decirlo, fue socio de la Asociación Departamental de Cesantes y Jubilados de Educación de Ancash ADCYJEA y del SERAS-H, es decir de la Casa del Maestro de Huarás.
Mucho festejaba como anécdota de que había observado en todas las conferencias de prensa de que “si no está Cotillo, no empezaba la rueda de prensa”. Esto nunca lo noté, pero Caro Sánchez Zárate si.
El día 20 en que ha cerrado los ojos para volar muy alto y a la eternidad, me he entristecido casi hasta las lágrimas, porque cada vez, me estoy quedando solo.
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